jueves, enero 17, 2019

Más amigas

Tengo grandes noticias, hay una nueva amiga con derechos, yupi!!.

Llevábamos ya varias semanas hablando y con la dinámica de realizar instrucciones a distancia. Yo maquino diferentes instrucciones mas o menos humillantes, que ella encantada realiza. 
Nunca deja de maravillarme como una sumisa y un amo encajan como piezas de un puzzle de perversión. 
Bueno, el caso es que todas esas instrucciones fueron generando poco a poco una inevitable necesidad, la necesidad de hacerlo realidad, de que haya carne con carne. 
Ese momento llegó. ¡Vino a visitarme!. Me sentía un poco abrumado por el hecho de que ella hubiese hecho un viaje hasta mi ciudad, para verme a mi, así que me propuse que todo fuese lo mejor posible. 
Desde su llegada, hasta que empezamos manos a la obra en el apartamento, pasó hora y pico. Durante ese tiempo hablamos de todo un poco, nos pusimos al día, y sobre todo fuimos cogiendo confianza. Cuando nos quedamos sin palabras por fin decidimos empezar con lo que nos había llevado allí. 
Ese momento, es de los más difíciles para mi, cuando tengo que pasar de ser un señor amable a un señor un poco cabroncete. Es una especie de salto al vacío, supongo que lo mismo que debe sentir un paracaidista antes de salir del avión, o un músico antes de salir a tocar ante miles de personas, una especie de fuera tabúes, empieza lo serio.

Durante la sesión o sesiones (puesto que estuvimos todo el día), hice un poco de todo, lo clásico y no tan clásico. Hubo una pausa para comer con gente del grupo que ella quería conocer en persona, así que no todo fue sufrimiento y dolor.  
Haré un resumen de las cosas que probé o me llamaron la atención por uno u otro motivo.

Nada mas empezar una cosa me sorprendió. Las sumisas con las que he estado, normalmente se avergüenzan de sus cuerpos ¿?¿? y lo de quitarse la ropa les de mucho reparo, al principio. Ella no, enseguida se quitó toda su ropa, salvo las bragas, y se arrodilló en el suelo con las manos sobre sus rodillas con las palmas mirando al techo. Muy bien, una perra sin complejos y obediente. 

Gomas elásticas...
Sus tetas eran estupendas manejables, magreables, maleables, le hice toda clase de perrerías y apenas un suspiro de protesta. Pude atarlas bien, dejándolas bien bonitas. Me apunto apretar un poco más para la próxima vez, quiero verlas coger un poco de color. 
He vuelto a usar gomas elásticas a modo de castigo para los pechos, y mano de santo, dejan marca casi al instante, con apenas esfuerzo. Estuve haciendo dibujos en sus tetas con las gomas, y maravilloso. También probé en otras partes, y magnífico, sin duda se posicionan como una de mis herramientas favoritas para hacer saltar a la sumisa, tendré que explorar diferentes tipos de gomas, grosores, materiales, longitudes y cosas así.

Otra cosa distinta que conseguí hace poco son unos succionadores de pezones. Un artilugio muy curioso consistente en, un cilindro de plástico con un una manivela a rosca que conforme giras va succionando más y más la zona. 
Un par de estos, de aliexpress
Se la coloqué en los pezones (pobrecitos, lo que sufrieron ese día), y me gustó esa especie de ritual de ir dando vueltas a la manivela de manera metódica, poco a poco, observando como el pezón se va hinchando dentro del cilindro. Al desconocer la herramienta, iba con miedo, pues desconocía la potencia de succión exacta, así que lo hice con cuidado, despacio y observando bien las reacciones del pezón y de la perra. 
Me llamó la atención que a la hora de quitarlos, el vacío generado era muy potente, y costaba más de lo que me imaginé. 

Hubo cuerdas, por supuesto, tema que voy dominando cada vez mejor, empiezo a necesitar más y de otros tamaños, mis cuerdas buenas son muy largas y a veces sobra por todas partes. Y cuando quiero usar un trozo pequeño, al final tiro de cordones o viejas cuerdas que rompen la estética. 
Hice el típico arnés en el pecho, hice mi amado amarre de tetas, dejándolas como dos preciosas esferas, y me atreví con un hogtie, que llevaba un tiempo queriendo hacer, sobre todo para dejar las plantas de los pies expuestas a mi vara... 

Por supuesto hubo algo de humillación, un tema que ésta perra en concreto temía al no haberlo puesto en práctica con anterioridad. Reconozco que es la parte que más me cuesta manejar, me avergüenza, o me cuesta infinito superar la barrera de pedir u ordenar cosas humillantes. 
Así que recuerde le ordené que con el collar puesto, no podía hablar, solo ladrar, cosa que no cumplió del todo. Le metí un plug con colita, para que la meneara cuando algo le gustara. Bebió agua en un plato en el suelo. Y en un momento dado, le ordené que me desatara las botas tras besarlas. 
También hubo juego de recoger el hueso, castigando si tardaba demasiado en traerlo, probé inicialmente con un hueso de goma. Y luego con el antifaz puesto, le hacía buscar el vibrador encendido para que pudiera oírlo y buscarlo a ciegas. 
También aproveché que el apartamento tenía varios espejos, para situar a la perra frente a su imagen para que se viera en determinadas circunstancias más o menos bochornosas. Creo que para empezar estuvo bien, reconozco que toda esta parte debo trabajarla más, pero me da mucho corte, maldita sea... 

En cuanto a artilugios y accesorios, aparte de los succionadores antes mencionados, use una de mis capuchas, el antifaz ciego, y las mordazas de anillo y de bola. Todo maravilloso, la máscara le venía un poco grande, pero al colocarle el antifaz, y el collar, con tanta correa, todo quedaba muy bonito. 
Aproveché la seguridad que da la capucha, para abofetear un poco la cara, es algo que me gusta mucho, pero que aún no consigo hacer con soltura. Me resulta demasiado cercano a otro tipo de comportamientos violentos que no comparto, ¡ains! cuántos tabúes por derribar todavía. 
También usé las correas de cuero para atarle los codos a la espalda, buscando como siempre nuevas formas de inmovilizar y putear. 
Hubo poca baba, cosa que me extrañó, no fue hasta al final, a posteriori, que me reconoció que tenía la boca seca, hay que beber más!

Taylor Mae
De ésta peli saqué la idea allá por el 2008
Y por último destacaría un poco de juego de asfixia que me atreví a rozar. Tengo desde hace tiempo una tira de látex elástica, de las que se usan para hacer diferentes ejercicios. Cosas de esas de deportistas y tal. Pues bien, a raíz de un vídeo que vi hace años, descubrí una utilidad inusitada de tan extraño complemento. Si la usas para envolver la cara, tapando boca y nariz, apretando con ganas, corta el suministro de aire a la víctima. Me resulta una técnica efectiva, a la par que poco arriesgada, pues es muy sencillo de quitar y poner para dejar pasar el aire de nuevo. Jugué con eso varias veces, unas veces prolongaba la duración esperando que necesitara respirar, otras veces, esperaba a que exhalara para ponerle la tira sobre la nariz, en fin, un juego maligno, que reconozco me excitó bastante. 

Y por supuesto hubo mamadas, una perra que no mame no es una perra, probó con mordaza de anillo, sin mordaza, sin manos, con manos, todo bien, ninguna queja, salvo no tener el vigor de hace años, jeje... 
¿Y ella? os preguntaréis. A quién le importa, diría otra persona. Yo no, yo soy cumplidor, desde casi el minuto uno ella estaba mojada, cada poco verificaba que sus partes estuviesen bien empapadas, lo cual asumo generalmente como señal de que todo va bien. Aproveché que se trajo sus propios vibradores, para descartar los míos, ya un poco anclados en los 80. Jugué a denegarle el orgasmo alguna vez, porque algo de malvado tengo, pero bueno, al final un par de veces tuvo permiso para correrse, por lo que puedo decir que el cómputo final fue equitativo (yo me corrí dos veces también).   
Pues más o menos eso es todo, lamento no haber contado la sesión en orden pero he preferido resumir las sensaciones y las experiencias, que es al final lo que uno realmente conserva en su mente. 
Como siempre, nos leemos en una próxima entrada. 

Salidos!