jueves, agosto 10, 2006

Primer Encuentro

Por fin había llegado el día, despues de varios intentos infructuosos, por fin habíamos organizado la agenda y reunido el valor para intentar tener una sesion real, en vivo y en directo.
Recuerdo que fui a buscarla en el coche, y que ella se retrasó, y que en parte eso me recordó los típicos relatos donde el amo castiga a a sumisa por su tardanza. Pero claro, esto es la realidad, cuando apareció le di dos besos y fuimos a casa. No fue hasta mitad de camino donde se sacó el tema, no recuerdo si ella o yo, pero el caso es que ambos evitabamos hablar sobre ello. Yo no paraba en pensar en el poco tiempo que teníamos y en todo lo que quería hacer.
Por fin llegamos a casa, una vez más la realidad nos golpeó como un mazazo, pues mi casa dista mucho de ser una mazmorra como las de las películas, es más bien, no se, una casa. Pero bueno, hicimos lo que pudimos, corrimos muebles para tener espacio, puse unas colchonetas de esas para hacer ejercicio en el suelo, y ambos sacamos los juguetes que habíamos traido.
Lo mio eran numerosas cuerdas y cordones que he usado otras veces para mis sesiones, unas correas de cuero (o imitación) para muñecas, tobillos y garganta, en realidad son collares de perro comprados en un mercadillo, pero se adaptan a la perfección a nuestros propósitos, unos candados con sus llaves y unos pocos eslabones de una vieja cadena, así como anillos de metal y correas de cuero y de goma.
Los de ella eran más específicos, una mordaza de bola, unas tiras de cuero, y un antifaz.
Con estos pobres artilugios hicimos lo que pudimos, y fue estupendo.
Lo primero como debe ser fue definir nuestras claves por si pasaba algo raro, aunque debo reconocer que cuando estaba en faena se me olvidó todo.
Uno de nuestros pactos no dichos era evitar el contacto sexual, ibamos a centrarnos exclusivamente en jugar, yo la ataría, la azotaría, la amordazaría, jugaríamos, pero nada de sexo. Esta promesa duró hasta más o menos la mitad de la sesión, cuando la vi ante mi, con las manos atadas a la espalda, de rodillas en el suelo, con el antifaz sobre la cara, y una mordaza de anillo improvisada en la boca. Yo no hacía más que restregarle mi abultado pantalón por la cara, y en un momento dado, se lo pregunté, -¿quieres comerme la polla, perra?-. Sus rápidos gestos de asentimiento, y sus gemidos de placer, anularon cualquier rastro de duda, saque mi pene de los pantalones, y aprovechando la ring gag, se lo introduje numerosas veces en su boca. Fui lo bastante listo, o gilipollas para no correrme, pero como me habría gustado hacerlo.

Recuerdo que la azoté con la mano en el culo, pero como, fiel a nuestra promesa, tenía los pantalones puestos, noté que faltaba contundencia en lo golpes.

También recuerdo que otro de mis sueños se hizo realidad, la tenía frente a mi de rodillas, atada, amordazada y cegada por una venda o antifaz (no lo recuerdo), me agaché a su altura y comencé a darle pequeñas bofetadas en la cara, a distinto ritmo y con distinta intensidad. Me recordó los mejores momentos de algunos videos de Insex.
Yo estuve toda la sesion al límite del orgasmo, cada vez que mi querida perrita rozaba mi polla, yo estaba a punto de correrme. Normal, era nuestra primera sesión real, algo que habíamos hecho muchas veces por teléfono, por chat, o por mail, pero nunca en vivo. Creo que ella estuvo igual o incluso peor.

A través de la camisa y el sujetador, le pellizqué los pezones, también le palmeé las tetas, pero con la misma sensación que los azotes en el culo, sin ropa, habrían sido algo más intensos.

Jugamos a uno de nuestros pasatiempos favoritos, "busca el juguete", ella atada de pies y manos, y con los ojos vendados, debe encontrar el juguete que yo le tiro, arrastrandose por el suelo, escuchando, y siguiendo mis indicaciones. Todo ello aderezado con unos pequeños azotes si se retrasa mucho en conseguirlo. Una escena muy sexy para ambos.

La hice andar con los tobillos atados, la hice beber de un vaso de agua en el suelo, andar a cuatro patas, muchas de las cosas con las que ambos soñábamos desde hacía tiempo.

Como cualquier lector avispado se habrá percatado, lo antes descrito, lo recuerdo de manera difusa, no tengo muy claro el orden en el que sucedieron las cosas, ni como iba exactamente vestida, ni si llevaba una venda o un antifaz. Los recuerdos que conservo perfectamente son los relativos a las sensaciones que experimenté, y eso amigos, no tengo capacidad de describirlo, digamos para simplificar, que estuve muy excitado.

En fin, aunque visto con objetividad, todo fue bastante patoso, y cutre, para nosotros fue algo mítico...

2 comentarios:

gata{ADC} dijo...

XD Asi es la realidad, nada de cuartos rojos. Nada de castillos...
Solo un Hombre y una Mujere haciendo realidad sus fantasias.
Ten por seguro que para ella aquello fue una mazmorra y vio la telarañas y todo.

Seth Gecko dijo...

Hola! gracias por comentar, tengo este blog abandonado, y no ha sido hasta ahora que vi el comentario.

Tantas cosas han cambiado desde entonces, pero la base sigue siendo igual, la mayoría transcurre en la mente.